«A lo largo de la historia humana hemos caído repetidamente en el mismo error: buscar las culpas en el otro. Así siempre encontramos la perfecta excusa para liberarnos de toda responsabilidad. Pero no es esa la «libertad» que me interesa»
Nuestro nacimiento y la vida son fenómenos independientes a nuestra voluntad. No pedimos nacer ni existir. A su vez toda persona normal ama la vida. El fenómeno de la existencia engloba dos componentes, uno pasivo: el nacimiento y la vida, y otro activo: el amor por la vida. Nuestra labor personal se concentra en la comprensión y valorización de lo que recibimos a través de la Creación,entonces el trabajo personal consiste en lograr el objetivo de la Creación: alcanzar la libertad.
¿Pero liberarse de qué?
La verdadera libertad surge cuando superamos las tres formas básicas en que el egoísmo puede manifestarse: la frialdad del malvado, la indiferencia del que no sabe que no sabe, y la buenas intenciones carentes de conocimiento del ingenuo. Estos tres ámbitos indican tres tipos de carencias en la conducta, las emociones y en la forma de discernir de los seres humanos.
El egoísmo, la fuente de todos los sufrimientos, es la forma que adopta nuestra conciencia cuando ignoramos nuestra Esencia Humana, y es este egoismo «quien» puede esclavizarnos. En cambio, cuando el hombre se desarrolla y logra sobreponerse a los deseos egoístas, entonces ya no será cautivado por ellos, así comienza a surgir la verdadera libertad: el altruismo. El desafío permanente en generar el bien nos mantiene en constante crecimiento. Así activamos todo nuestro potencial y tomamos conciencia de la fuerza infinita que existe en cada ser humano. Ese objetivo es el único que puede darle un sentido trascendente a nuestra vida.
En los tiempos actuales en que la solidaridad flaquea, en que el yo está por sobre el nosotros, en que el tener es mas importante que el ser, en que el tiempo es el recurso escaso, en que la inmediatez es lo requerido, en que la riqueza de las personas se mide financieramente, y no por la riqueza relacional, social, cultural, estetica o espiritual que tenga la persona, es que si nos liberamos verdaeramente del egoismo personal y buscamos crecer y desarrollarnos como parte de una comunidad mayor llamada país, mirando el bien común por sobre el personal y tener el valor de frenarnos cuando este vaya en contra de nuestros intereses personales, habremos comenzado el proceso de alcanzar la libertad verdadera.
Por lo tanto no hay contradicción entre alcanzar la riqueza y la libertad si estas estan focalizadas en el bien común.
Esta refelxión me surgió de una conversación con un amigo ayer por la tarde.
Gracias Ignacio por la conversación que generamos al respecto.
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