Me llegó por correo un articulo escrito por Cristina Perucci desde Argentina y me llamó la atención esta parte del mismo que quiero compartir con Uds:
"Cuántas veces decimos “tengo que ir a trabajar” como si no hubiese alternativa.
Entonces voy, todos los días con mala cara y a desgano. Porque no me queda otro remedio…. Y yo pregunto ¿Es verdad que “tienes” que ir a trabajar? O ¿lo eliges porque quieres darle lo mejor a tus hijos, porque quieres prosperar, porque te importa crecer profesionalmente?... etc, etc..
En espacios de menos recursos, cuando la gente es más pobre, muchas veces se sienten aún más victimas de las circunstancias, y es allí donde más insisto en el protagonismo. Cuando alguien me dice “tengo” que ir a trabajar para mantener a mis hijos. Yo digo “No, no tienes que ir a trabajar para mantenerlos” “Eliges ir a trabajar y mantener a tus hijos y hacer lo mejor que puedes por ellos” pero es Tu elección. De hecho no todos los padres lo hacen, no todos los padres crían a sus hijos.
Si tomo conciencia de que en todo momento yo elijo, no sólo no voy a dejar el timón de mi barco en manos de otro capitán, sino que voy a dejar de sentirme víctima de cualquier circunstancia o persona, y ya eso me ubica en un espacio y en una mirada de bien-estar.
La propuesta es hacerme cargo de mi mismo, del liderazgo personal, donde la mayor parte del tiempo cada uno es protagonista y elige su respuesta, elige como sentirse… aún en circunstancias donde algunas veces la vida nos ubica de verdad en un espacio de víctimas"
El ser protagonista de nuestra vidas es esencial y diferencia a las personas y su desarrollo. El poder de elección está siempre en nuestras manos a pesar de que a veces no lo veamos, pero eso es a causa de nuestras cegueras. Es muy fácil ser victima, además protege nuestro ego, ya que aparecemos como blancas palomas y todo es responsabilidad de terceros, ya sea el país, el gobierno, los politicos, mi jefe, etc, etc.
Los invito a revisar la postura con que enfrentamos las diferentes circunstancias que vivimos cotidianamente y como las vemos: ¿Como victimas o como protagonistas?
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