Habiendo leído a Yuval Harari en su
extraordinario libro Sapiens (De animales a Dioses) y el gran avance que se
generó en el mundo con la invención del dinero como forma de intercambio y lo
que eso significó en la creación de confianza en un cuento. Harari dice que el dinero, como la
religión o las naciones, es una ficción colectiva. Creer en un ser superior, en
formar parte del pueblo elegido o que un trozo de papel vale 5 dólares, son
todos actos de fe y confianza. Es la magia de nuestra especie: somos animales
de fe y constructores de confianza, dispuestos a aceptar que un trozo de metal
vale lo mismo que un café o un periódico. De hecho, hablamos de dinero
fiduciario para referirnos a nuestras actuales divisas, porque como su nombre
indica se basan solo en la fe al no estar respaldadas por nada que no sea una
promesa de pago por parte del emisor. El uso moderno del dinero fiduciario se
inicia en 1971 cuando el presidente de USA Richard Nixon decidió romper el
patrón oro, dar libertad para fabricar dinero y conseguir la hegemonía mundial
de esa ficción llamada dólar que supone el 60 % de las reservas económicas y
más del 85 % de las transacciones globales.
Resulta curiosa la desconfianza actual en las
criptomonedas, cuando globalmente aceptamos una ficción en manos (al menos,
indirectamente) de un señor llamado Donald Trump que dice que los europeos son
sus enemigos y pone muros a sus vecinos. Eso sí, espera que mantengamos la fe y
confianza en el dólar.
Las criptomonedas son también ficciones
colectivas, pero esta vez basadas en la confianza que generan algoritmos
distribuidos. Igual que un cisne negro solo demuestra que no todos los cisnes
son blancos; las criptomonedas, con sus limitaciones y problemas, demuestran
que hay otras formas de entender el dinero más allá de los viejos modelos
centralizados. Esta es la verdadera revolución que blockchain promete: crear
modelos de valor absolutamente distribuidos. Internet llevó este modelo a la
información, democratizando su acceso; sin embargo, ha sido incapaz de
distribuir el valor, por ahora.
Todo lo contrario, ha producido una gran
concentración en torno a plataformas de publicidad, redes sociales o comercio electrónico.
Blockchain podría hacer
posible un Internet del valor con intercambios
distribuidos y no dependientes de terceros y esto demostraría que otro dinero,
otro modelo económico y hasta otro mundo es posible. Que sea mejor que
el actual será responsabilidad de todos, y que seamos capaces de construir
la confianza en ello.
¿Ud confía en las criptomonedas? Si se
generaliza su uso ¿Ud las usará?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario