Entonces me aparece una pregunta:
¿Qué actitudes y comportamientos trae consigo la opción por la excelencia?
- Dedicar el tiempo necesario a cada tarea, organizándonos para evitar atracones de última hora y el tener que trabajar apurado con la probabilidad de equivocarnos.Pero para dedicar el tiempo necesario se debe planificar y priorizar las tareas a encarar.
- Estar orientados al cliente, en el sentido de tener presente sus requisitos, su punto de vista y sus preocupaciones cuando preparamos y revisamos nuestro trabajo, y buscar y respetar su opinión después de haberlo entregado. Hablo aquí de cliente en un sentido amplio: aquel que recibe nuestro trabajo, ya sea interno o externo a la organización.
- Revisar: una vez terminado nuestro trabajo, con toda atención y cuidado volver a verlo para, si cabe, mejorarlo, pero sin caer en una obsesión paralizadora por la perfección.Revisarlo pensando siempre en el punto anterior, es decir el cliente que recibirá nuestro trabajo.
- Mejora continua. Ver en cada error una oportunidad de aprender, oír los juicios de nuestros clientes sobre lo que hacemos, pedirles consejos para mejorar y aplicarlos. La apertura a escuchar es fundamental en el aprendizaje, además de aceptar con humildad el juicio de nuestro cliente.
Como ven la excelencia trae aparejada unas actitudes y comportamiento que deben desarrollarse con paciencia y perseverancia si se quiere la mejora continua personal.
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