lunes, julio 26, 2010

La excelencia

Mucho he escuchado últimamente sobre la excelencia, en todos lados..."hagamos esto excelente, trabaja con excelencia, solo pueden estar en esta empresa los excelentes", y así sucesivamente.
Entonces me aparece una pregunta:

¿Qué actitudes y comportamientos trae consigo la opción por la excelencia?

  • Dedicar el tiempo necesario a cada tarea, organizándonos para evitar atracones de última hora y el tener que trabajar apurado con la probabilidad de equivocarnos.Pero para dedicar el tiempo necesario se debe planificar y priorizar las tareas a encarar.
  • Estar orientados al cliente, en el sentido de tener presente sus requisitos, su punto de vista y sus preocupaciones cuando preparamos y revisamos nuestro trabajo, y buscar y respetar su opinión después de haberlo entregado. Hablo aquí de cliente en un sentido amplio: aquel que recibe nuestro trabajo, ya sea interno o externo a la organización.
  • Revisar: una vez terminado nuestro trabajo, con toda atención y cuidado volver a verlo para, si cabe, mejorarlo, pero sin caer en una obsesión paralizadora por la perfección.Revisarlo pensando siempre en el punto anterior, es decir el cliente que recibirá nuestro trabajo.
  • Mejora continua. Ver en cada error una oportunidad de aprender, oír los juicios de nuestros clientes sobre lo que hacemos, pedirles consejos para mejorar y aplicarlos. La apertura a escuchar es fundamental en el aprendizaje, además de aceptar con humildad el juicio de nuestro cliente.
Como ven la excelencia trae aparejada unas actitudes y comportamiento que deben desarrollarse con paciencia y perseverancia si se quiere la mejora continua personal.


martes, junio 08, 2010

Educación 1990 versus 2010

Quiero compartir con Uds, este escrito que me hizo mucho sentido con la actualidad.

Para el galardón de Maestro del Año de Nueva York,

el 30 de enero de 1990: SÍ… 1990… No les parece conocido, después de escuchar los resultados SIMCE.


Discurso del Profesor John Taylor Gatto aceptando el galardón.
Acepto este premio en nombre de todos los buenos profesores que he conocido a lo largo de los años y que han luchado para hacer de sus relaciones con los niños algo digno, hombres y mujeres que nunca están conformes, siempre cuestionando, siempre esforzándose por definir y redefinir lo que la palabra “educación” debería significar.

Un Profesor del Año no es el mejor profesor, éstos suelen pasar demasiado desapercibidos para ser fácilmente descubiertos, pero es un modelo, símbolo de esas gentes anónimas que utilizan sus vidas gratamente al servicio de los niños. Este es su premio tanto como mío.

Vivimos en una época de profunda crisis escolar. Nuestros niños se clasifican a la cola de las diecinueve naciones más industrializadas en lectura, escritura y aritmética. Muy a la
cola.

La economía mundial narcótica está basada sobre nuestro propio consumo de las mercancías, de forma que si no compramos tantos sueños de humo el negocio colapsaría – y las escuelas son un importante centro de compra.

Nuestra tasa de suicidios de adolescentes es la mayor del mundo y los que se suicidan son niños ricos en su mayor parte, no los pobres. En Manhattan el cincuenta por ciento de los nuevos matrimonios duran menos de cinco años. Algo debe ir mal con seguridad.

La crisis de nuestra escuela es un reflejo de una crisis social más amplia. Parece que hemos perdido nuestra identidad.

Niños y ancianos son encerrados y aislados de fuera de lo que sucede en el mundo hasta un grado sin precedentes – nadie habla con ellos ya – y sin niños y ancianos mezclándose en la vida diaria una comunidad no tiene futuro ni pasado, solo un presente continuo.

De hecho, el nombre “comunidad” apenas se aplica ya a la forma en que interactuamos con los demás.

Vivimos en redes, no en comunidades, y todos los que conozco están solos por eso. En cierto modo la escuela es responsable privilegiado de esta tragedia tal y como lo es también en la creciente brecha entre clases sociales.

Utilizar las escuelas como un mecanismo de selección no hace sino crear un sistema de castas, lleno por abajo de intocables que vagan por los trenes del metro pidiendo y durmiendo en las calles.

He observado un fenómeno fascinante en mis veinticinco años de ejercicio de la profesión: que las escuelas y la escolarización son crecientemente irrelevantes para las grandes empresas del planeta. Nadie cree ya que los científicos son enseñados en clases de ciencias o que los políticos en clases de civismo o que los poetas lo son en clases de inglés.

La verdad es que las escuelas no enseñan nada salvo como obedecer órdenes. Esto es un gran misterio para mi porque miles de personas, gentes responsables trabajan en las escuelas como profesores, cuidadores y gestores pero la lógica abstracta de la institución sobrepasa sus contribuciones individuales.

Aunque los profesores se preocupan y trabajan duro, la institución es psicopática – no tiene conciencia -. Suena la sirena y el joven que se encontraba escribiendo un poema debe cerrar sus cuaderno y moverse a otra aula donde deberá memorizar que el hombre y el mono derivan de un ancestro común.

Nuestro sistema de enseñanza obligatoria es un invento del Estado de Massachussets hacia 1850. Fue resistido – a veces hasta con las armas por un considerable 80% de la población de Massachussets- con un último reducto en Barnstable On Cape Cod que no entregaron a los niños hasta la década de los 1880 cuando la localidad fue asediada por el ejército y los niños marcharon a la escuela escoltados.

Aquí tenemos un curioso dato para meditar. La oficina del Senador Ted Kennedy ha sacado un estudio no hace mucho indicando que antes de la educación obligatoria la tasa de alfabetización en el estado era del 98% y que después jamás volvió a alcanzar el 91%, donde se mantiene en 1991. Espero que les sirva.

Aquí hay otra curiosidad sobre la que pensar. El movimiento de “escuela en casa” ha ido creciendo paulatinamente hasta un tamaño de un millón y medio de jóvenes que son educados por completo por sus padres y sus comunidades.

El último mes la prensa educativa reportó la increíble noticia de que los niños escolarizados en casa parecen estar entre cinco y diez años por delante de sus compañeros escolarizados formalmente en su capacidades cognitivas.

No creo que nos libremos de las escuelas en un futuro cercano, no ciertamente en lo que me queda de vida, pero si hemos de cambiar lo que se está convirtiendo en un desastre de ignorancia, hemos de entender que la institución educativa “escolariza” muy bien, pero no “educa” – algo por completo inherente al diseño organizacional.

No es la culpa de los malos profesores o del poco dinero gastado, es que es imposible que la educación y la escolarización puedan llegar a ser alguna vez la misma cosa.

Las escuelas fueron diseñadas por Horace Mann y Barnard Sears Harper de la Universidad de Chicago y por Thorndyke de la Escuela Normal de Columbia y otros hombres para ser instrumentos de la dirección científica de las masas. Las escuelas están diseñadas para producir, a través de la aplicación de fórmulas, seres humanos estandarizados cuyo comportamiento pueda ser predecible y controlado.

En gran medida, las escuelas han cumplido su objetivo. Pero nuestra sociedad se está desintegrando, y en esta sociedad, sólo las personas exitosas son auto-suficientes, seguras en sí mismas e individualistas – porque la comunidad de vida que protege al dependiente y al débil está muerta -.

Lo que produce la escuela es, como dije, irrelevante. Las personas bien-escolarizadas son irrelevantes.

Pueden vender películas y hojas de afeitar, recoger papel reciclado o hablar al teléfono en líneas de teleoperación, o sentarse estúpidamente delante de un terminal de ordenador pero como seres humanos son inservibles. Completamente inservibles para los demás y para si mismos.

La miseria diaria a nuestro alrededor está causada en gran medida por el hecho de que – tal y como Paul Goodman lo estableció hace treinta años- forzamos a los niños a crecer en el absurdo. Cualquier reforma de la escolaridad tiene que tratar con elementos absurdos en su naturaleza intrínseca.

Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a sentarte en lugares recluidos para gente de la misma edad y clase social que tú. Ese sistema te aparta radicalmente de la inmensa diversidad de la vida y de las sinergias de la variedad, de hecho te castra tu propio ser y futuro, acoplándote a un presente continuo de igual forma a como lo hace la televisión.

Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a escuchar a un extraño leyendo poesía cuando lo que realmente quieres es construir casas, o sentarte a discutir con un extraño sobre la construcción de casas cuando lo que realmente quieres es leer poesía.

Es absurdo y anti-vital moverte de aula en aula al sonido de una sirena durante todos los días de tu infancia natural en una institución que no te permite ninguna privacidad y que incluso te la quita en el santuario de tu propia casa pidiéndote que hagas tus “deberes”.

“¿Cómo aprenderán a leer?” dirán algunos y mi respuesta es “Recuerda la lección de Massachussets” . Cuando los niños reciben experiencias completas en vez de las graduadas en aularios, entonces aprenden a leer, a escribir y cálculo con total facilidad si esas cosas tienen sentido en el ambiente vital que les rodea.

Pero recordad que en los Estados Unidos casi nadie que lea, escriba o sepa cálculo tiene mucho respeto. Somos una tierra de charlatanes, pagamos mejor a los charlatanes y les admiramos, así que nuestros hijos hablan constantemente, siguiendo el modelo de la televisión y de sus profesores.

Es muy difícil enseñar incluso lo más “básico” porque ya no son “básicos” en la sociedad que hemos creado.

Dos instituciones controlan a día de hoy la vida de nuestros hijos: la televisión y la escuela, por este orden. Ambos reducen el mundo real de sabiduría, fortaleza, templanza y justicia hacia una abstracción sin final y sin frenos.

En los siglos pasados los niños y adolescentes estaban ocupados en trabajo real, caridad real, aventuras reales, y en la búsqueda real de maestros que pudieran enseñarnos lo que realmente queríamos aprender.

Mucho tiempo se pasaba en desempeños comunitarios, practicando el afecto mutuo, el entendimiento y estudiando cada nivel de la comunidad, aprendiendo cómo hacer una casa, y docenas de otras tareas necesarias para convertirse en un hombre o mujer íntegro.

Pero aquí está el cálculo del horario que dispone cualquier niño de los que enseño:

§ De las 168 horas que tiene la semana, tienen que dormir 56

§ Lo que les deja 112 hora a la semana en las que formarse

§ Ven unas 55 horas de televisión a la semana de acuerdo a informes recientes

§ Lo que les deja 57 horas a la semana en las que crecerse

§ Tiene que ir a la escuela unas 30 horas a la semana, usando unas 6 horas en prepararse, ir y volver a casa, y gastan una media de 7 horas a la semana en deberes- en total hacen 45 horas

§ Durante este tiempo, están en constante vigilancia, no tienen tiempo ni espacio privado, y son reñidos si tratan de acoplarse individualmente al uso de espacio y tiempo

§ Eso deja 12 horas a la semana para crearse una conciencia de si individualizada

§ Por supuesto que mis alumnos comen también, y eso añade algo de tiempo – no mucho, porque hemos perdido la tradición de la comida familiar, por lo que si quitamos 3 horas a la semana para cenas

§ llegamos a la cantidad neta de tiempo privado para cada niño de 9 horas a la semana

No es suficiente, ¿verdad?. Cuanto más rica es la familia del niño, menos televisión que ve pero más tiempo que tiene dirigido por una oferta más amplia de entretenimientos comerciales y su inevitable inclusión en una serie de áreas de formación complementaria raramente a su libre elección.

Y todas estas cosas son curiosamente una forma más solapada de crear seres humanos dependientes, incapaces de llenar su tiempo libre, incapaces de iniciar senderos que le den un significado sustancioso y feliz a su existencia.

Es una enfermedad nacional, esta dependencia y falta de objetivo, y creo que la escolarización, la televisión y las lecciones – toda la idea Chautauqua- tiene mucho que ver con ello.

Pensad en lo que nos está matando como nación

§ drogas y narcotizantes

§ competencia desenfrenada

§ sexo recreacional

§ la pornografía y la violencia

§ juego, alcohol

§ y lo peor de todo – vidas dedicadas a comprar cosas, la acumulación como filosofía -

todas ellas son adicciones de personalidades dependientes, y eso es la marca que deja inevitablemente la escolarización.

Quiero contaros el efecto que produce en los chicos el quitarles todo su tiempo – tiempo que necesitan para desarrollarse – y forzándoles a gastarlo en abstracciones. Tenéis que escuchar esto, porque ninguna reforma que no ataque estas patologías específicas no serán más que un mero lavado de cara.

§ 1. Los niños a los que enseño son indiferentes al mundo adulto. Esto desafía la experiencia de miles de años. Un observación intensiva de lo que “los mayores” hacían siempre fue una de las más excitantes ocupaciones de los jóvenes, pero nadie quiere crecer ahora, ¿y quien les puede culpar de ello? Nosotros somos los juguetes.

§ 2. Los niños a los que enseño ya apenas sienten curiosidad y la poca que muestran es transitoria, no pueden concentrarse durante mucho tiempo, incluso en lo que quieren hacer. ¿Podéis ver la conexión entre las sirenas sonando una y otra vez para cambiar de clase y este fenómeno de atención evanescente?

§ 3. Los niños a los que enseño tienen un pobre sentido del futuro, de como el mañana está indefectiblemente unido al presente. Como dije antes, viven en un presente continuo, el preciso momento en el que se encuentran es el límite de su conciencia.

§ 4. Los niños a los que enseño son ahistóricos, no tienen conciencia de cómo el pasado ha dado forma a su propio presente, limitando sus elecciones, moldeando sus valores y sus vidas.

§ 5. Los niños a los que enseño son crueles entre si, muestran falta de compasión ante los infortunios, ríen las debilidades, y muestran desprecio por aquellos que muestran necesidad de ayuda demasiado abiértamente.

§ 6. Los niños a los que enseño se encuentran intranquilos ante la intimidad y la franqueza. No soportan una verdadera intimidad debido a una costumbre de por vida de guardar los secretos dentro de si mismos por lo que van formando su personalidad a base de trozos y partes de comportamiento prestados de la televisión o adquiridos para manipular a sus profesores. Puesto que no son ellos quienes dicen ser, el disfraz se les cae en la intimidad por lo que las relaciones íntimas deben ser evitadas.

§ 7. Los niños a los que enseño son materialistas, siguiendo la estela de sus maestros que materialistamente “gradúan” todo -y sus tutores televisivos que ofrecen todo lo imaginable “gratis”.

§ 8. Los niños a los que enseño son dependientes, pasivos, y tímidos ante la presencia de nuevos desafíos. Esto es a menudo ocultado mediante actos de bravuconería, mediante enfados y agresividades que en el fondo solo expresan un vacío sin fortaleza interior.

Podría hablar de otras cuantas condiciones que una reforma de la escolarización tendría que afrontar si nuestro declive nacional pretendiera detenerse, pero por el momento ya habéis comprendido mi postura, tanto si estáis de acuerdo con ella como si no.

Puede que sean las escuelas las que causen estas patologías, o la televisión, o ambas. Es una simple cuestión de aritmética, entre escuela y televisión todo el tiempo que los chicos tienen libre es absorbido por ambas. Eso es lo que destruyó la familia americana, que ya no es más un factor en la educación de sus propios hijos. Televisión y escuela, ahí debe buscarse a los responsables.

¿Qué hacer? Necesitamos un feroz debate nacional que no decaiga, día tras día, año tras año. Necesitamos gritar y discutir sobre este modelo de escuela hasta que se arregle o se retire de la circulación para su reparación, una cosa u otra.

Si podemos arreglarlo, de acuerdo; si no podemos, entonces el éxito del movimiento de “escuela en casa” muestra una vía alternativa con futuro prometedor. Poner el dinero que ahora gastamos en escolarización, hacia la educación en la familia podría matar dos pájaros de un tiro, reparar las familias al tiempo que reparamos a los hijos.

Una reforma genuina es posible pero no debería costarnos nada. Necesitamos volver a pensar en las premisas fundamentales de la escolarización y decidir qué es lo que queremos que los niños aprendan y por qué.

Durante 140 años esta nación ha tratado de imponer objetivos de arriba a abajo desde los altivos puestos de mando centrales conformados por “expertos”, una élite central de ingenieros sociales. No ha funcionado. No va a funcionar.

Y es una gran traición a la promesa democrática que hizo en su dia de esta nación un noble experimento.

El intento soviético de crear una república platónica en el Este de Europa ha sucumbido ante nuestra vista, nuestro propio intento de imponer el mismo tipo de ortodoxia centralizada utilizando las escuelas como un instrumento también se está resquebrajando, solo que mas lenta y dolorosamente.

No funciona porque sus premisas fundamentales son mecanicistas, anti-humanas, y hostiles a la vida familiar. Las vidas pueden ser controladas por la maquinaria educativa pero siempre se revolverán con las armas de la patología social: drogas, violencia, auto-destrucción, indiferencia y todos los síntomas que veo en los niños que educo.

Ya es hora de que miremos hacia atrás para recobrar una filosofía educacional que funcione. Una que me gusta especialmente fue la favorita de las clases dirigentes europeas durante miles de años.

Utilizo tanto de ella como me lo permite mi condición de profesor, es decir, tanto como puedo dentro de la institución de la escolarización obligatoria. Creo que funciona tanto para los niños pobres como para los ricos.

En el núcleo de este sistema de educación para las élites está la creencia de que el auto-aprendizaje es la única base del verdadero aprendizaje. En cualquier sitio en este sistema, a cualquier edad, encontrarás acuerdos para colocar al niño solo en un punto no definido y con un problema que resolver.

Algunas veces el problema lleva implícito grandes riesgos, como el problema de cabalgar un caballo o hacerlo saltar, pero eso, claro, es un problema satisfactoriamente resuelto por miles de niños de la élite antes de cumplir diez años.

¿Podemos imaginar a alguien que haya superado tal desafío que alguna vez le faltara confianza en su habilidad para hacer algo?. A veces el problema es un problema de superar la soledad, como hizo Thoreau en Wald en Pond o Einstein en Suiza.

Uno de mis antiguos alumnos, Roland Legiardi-Lura, aunque huérfano de sus dos padres y sin herencia, cogió una bicicleta y atravesó solo los Estados Unidos cuando apenas había superado la niñez.

No nos puede extrañar entonces que ya siendo un adulto, decidiera hacer una película sobre Nicaragua, aunque no tuviera dinero ni experiencia previa en la realización de películas, y que ganara un premio internacional, aunque su trabajo regular fuera el de carpintero.

Ahora estamos hablando todo el rato de que nuestros jóvenes necesitan desarrollar auto-conocimiento. Ya basta de tanta charlatanería.

Tenemos que crear experiencias escolares que devuelvan a los niños su tiempo, necesitamos confiarles desde una edad temprana con independencia de estudios, quizás programado desde el colegio pero que tenga lugar fuera de la institución educativa.

Necesitamos crear un curriculum donde cada niño tenga la oportunidad de desarrollar su individualidad y su auto-confianza.

Hace poco cogi setenta dólares y envié a una niña de doce años de mi clase con su madre – que no hablaba inglés – en un autobús hacia la costa de New Jersey para encontrarnos con el jefe de policía del distrito de Sea Bright para comer y disculparnos por contaminar la playa con un casco de Gatorade.

A cambio de esta disculpa pública habíamos quedado en que el jefe de policía le enseñaría el trabajo de un policía de barrio durante un dia cualquiera.

Unos días después, dos más de mis alumnos de doce años viajaron solos a la Calle West First desde Harlem donde empezaron el aprendizaje con un editor de periódicos, la siguiente semana tres de mis alumnos se encontraban en mitad de los muelles decarga de Jersey a las seis de la mañana, estudiando la mente del presidente de una compañía de transporte por carretera que despachaba trailers hacia Dallas, Chicago y Los Ángeles.

¿Pertenecen estos chicos “especiales” a algún programa” especial”?. Bueno, en cierto modo si, pero nadie sabe sobre este programa salvo los chicos y yo.

Solo son buenos chavales de Harlem, brillantes y alertas, pero tan mal escolarizados cuando me los encontré que la mayoría de ellos no sabían sumar o restar cantidades. Ni uno de ellos sabía la población de Nueva York o cuan lejos está Nueva York de California.

¿Eso me preocupaba? Por supuesto, pero tenía confianza en que según iban ganando confianza en si mismos también se convertirían en sus propios maestros, y solo la auto-enseñanza tiene un valor a largo plazo.

Tenemos que devolver a los niños tiempo libre desde ya mismo porque esa es la clave para el auto-aprendizaje, y debemos re-introducirles en el mundo real tan rápido como sea posible para que el tiempo libre pueda ser gastado en algo más que abstracciones.

Es una emergencia, requiere una drástica acción de corrección -nuestros niños están cayendo como moscas dentro de la institución escolar, ya sea buena o mala, no importa. Es irrelevante.

¿Qué más necesita un sistema escolar re-estructurado?

Necesita que deje de ser un parásito del trabajo de la comunidad en la que se inserta. De todas las páginas escritas en la contabilidad de la historia, solo existe una entrada donde se recluya a nuestros jóvenes y no les pidamos nada de ellos al servicio del bien común.

Llego incluso a creer que necesitamos hacer de los servicios a la comunidad una parte importante de la enseñanza escolar.

Además de la experiencia enriquecedora que supone trabajar de forma no egoísta, es la forma más rápida de dotar a los jóvenes de responsabilidades reales en la vida corriente.

Durante cinco años manejé un programa escolar “autónomo” donde cada niño, pobre y rico, listo y no tan listo, tenía que dar 320 horas de trabajos o servicios a la comunidad.

Decenas de estos niños volvieron años después, ya crecidos, y me contaron que la experiencia de ayudar a alguien les había cambiado sus vidas.

Les había enseñado a ver desde otra perspectiva, a repensar metas y valores. Ocurrió cuando tenían trece años, durante el programa de practicas de Laboratorio, y solo fue posible porque el distrito escolar rico de al lado estaba en reestructuración.

Cuando volvió la “estabilidad” , el laboratorio común cerró. Fue una experiencia muy satisfactoria con un grupo de jóvenes bastante heterogéneos, a un coste demasiado bajo, como para permitir que continuara.. .

Estudio independiente, servicios a la comunidad, aventuras y experiencia, largos periodos de privacidad y soledad, un millar de diferentes formas de aprendizaje, una por día o más tiempo – estas son medidas potentes, baratas, y efectivas de empezar una reforma real de la escolarización.

Pero ninguna reforma a gran escala va a funcionar de forma que permita recuperar a nuestros jóvenes ya dañados ni a nuestra sociedad enferma hasta que impongamos abiertamente la idea de que la escuela debe incluir a la familia como motor principal de la educación.

Si utilizamos la escolarización para separar a los hijos de los padres – y no nos engañemos, esa fue la principal función de las escuelas desde que John Cotton lo anunciará como el propósito de las escuelas de Bay Colony en 1650 y Horace Mann lo enunciara como el propósito de las escuelas de Massachussets en 1850 – vamos a continuar con el espectáculo de horror que tenemos ahora.

El “Curriculum de la Familia ” está en el corazón de cualquier buena vida. Nos hemos alejado de ese curriculum; es hora de volver a ello.

La forma de devolver la salud a la educación es que nuestras escuelas se liberen del dominio absoluto de las instituciones sobre la vida familiar, es promocionar durante el tiempo de escolarización confluencias de padres e hijos que fortalezcan los lazos familiares. Ese fue mi fin último cuando envié a la chica y su madre al distrito de la costa de Jersey para encontrarse con el jefe de policía.

Tengo muchas ideas para formular un curriculum familiar y estoy seguro que muchos de ustedes también las tienen.

Nuestro mayor problema en conseguir que una vez popularizada esta forma de pensar pueda el sistema educativo ser reformado ya que tenemos unos intereses creados que se apropian de antemano de estas ideas para continuar con la escuela como está, a pesar de la utilización de una retórica aparentemente contraria.

Tenemos que exigir que nuevas voces y nuevas ideas sean escuchadas, mis ideas y las vuestras. Ya hemos tenido un amplio repertorio de voces muy autorizadas y con eco en medios escritos y televisión; una década de debate para todos es lo que se necesita ahora, no más opiniones de “expertos”.

Los expertos en educación nunca han tenido razón, sus “soluciones” son costosas, auto-complacientes, y siempre requieren mayor centralización. Ya hemos visto los resultados.

Es hora de volver a la democracia, al individualismo a la individualidad y a la familia.

Comentario de I.Benadof:

Por favor reflexionen sobre este tema y por sobre todo cuiden a la familia como eje del futuro de sus hijos.

jueves, mayo 27, 2010

¿Por que se les paga a los gerentes?

“Hoy a los gerentes no sólo se les paga por trabajar y hacer trabajar, se les paga por enseñar, por hacer que otros aprendan y por aprender ellos mismos”

Detrás de la frase anterior se oculta algo mas importante aún y es ¿Como trabajan, hacen trabajar, enseñan y aprenden ellos mismos los gerentes? ¿Cuales son las practicas básicas que ejecutan constantemente en su cotidiano los gerentes?

Esto me surgió hace muchos años cuando a uno de mis hijos le preguntaron en el colegio ¿Que hace tu papá? Mi hijo se complicó, ya que no es una conversación que aparezca en la mesa u potra ocasión en la casa. Así que llegó de golpe a plantearme ¿Papá que haces en la oficina? Bueno, le conté que llegaba en la mañana saludaba, tenía reuniones muy seguidas, y ahí surgió por supuesto la pregunta ¿Y que hacen en la reuniones? Le dije conversamos sobre temas planteados con anterioridad y tomamos decisiones al respecto.

Después de una larga conversación sobre lo que yo hago en mi día en la oficina mi hijo concluyó: O sea a ti te pagan por conversar, en cambio a mi si converso me echan de clases.

Esta simple frase de mi hijo me hizo reflexionar con detención sobre las conversaciones, y sobre que en ninguna parte te enseñan formalmente a conversar. En otras palabras no te enseñan sobre el lenguaje y su importancia en la vida en general.

Al revisar mas en detalle este tema uno conversa con el texto cuando lee, y conversa también a través de escritura, o sea conversa habitualmente, y hasta cuando piensa, piensa conversando consigo mismo.

Conversar, conversar y conversar.... para eso realmente le pagan a los gerentes, pero para conversar bien y productivamente.

Los invito a pensar sobre el tema y a estudiarlo.


jueves, marzo 11, 2010

Terremoto y debilidades humanas y tecnicas

Creo que este terremoto nos a mostrado nuestra realidad cruda, es un juicio que quiero fundar con algunas afirmaciones.
Primero, por ejemplo, los saqueos. Ellos nos mostraron como dijo Nietzche "la diferencia entre un ser humano civilizado y un bárbaro son 48 horas sin agua y sin alimento", o sea aparece la naturaleza tal cual es del hombre... supervivencia a como de lugar. Si para eso debo robar, lo haré sin ninguna culpa o reflexión. Es por eso que la educación nos debe llevar un punto donde seamos capaces de sobreponernos y no dejarnos llevar por ese animal interno que tenemos todos. Pero toda la globalización y la exacerbación del individualismo nos ha llevado donde estamos y hemos visto, hemos remplazado en TENER por sobre el SER. Las normas de convivencia social que genera la educación son las que permiten controlar ese animal interno que aflora en las situaciones criticas.
¿Para que le servían a algunas personas un TV cuando no había electricidad? y así varios artículos que en una emergencia prolongada no tienen ningún valor. Este terremoto nos mostró que no sirven las tarjetas de crédito ante una crisis de esta envergadura, solo el efectivo.Que los cajeros automáticos sin electricidad no entregan dinero, etc, etc. Todas realidades que nos llevan a pensar que es lo que realmente vale e interesa en la vida cotidiana frente aun quiebre de tal magnitud.
Segundo, la tecnología falló estrepitosamente. No se podía comunicar por celular ni red fija. ¿Y las empresas del rubro que se ufanan de ser las mejores con la tecnología de punta. ¿Y los respaldos para operar en emergencia? El que no tenía una anticuada radio a pilas no sabia que pasaba, ya que la TV sin electricidad no sirve. Las personas en USA sabían mas de lo que pasaba que nosotros aquí en el país. ¿Donde quedó ese país futuro miembro de la OCDE?
Los reguladores y autoridades han fallado en crear condiciones en un país que se sabe sísmico. Edificios en el suelo. Pero vean si alguno de los construidos hace mas de 50 años (barrio Bulnes) se cayó o tiene grietas, nada.
Ahora un poco mas. Las replicas menores pero aún intensas y bastante fuertes, nos mostraron que de nuevo fallan las comunicaciones. ¿Entonces que haremos? ¿Podemos seguir así que con cada remezón un poco mas fuerte todo falla?
Por otro lado apareció el Chile solidario. Aunque tengo reparos en quienes donan y por qué. Cuando veo personas naturales haciendo donaciones o fundaciones, me parece fantástico, es esfuerzo personal entregado a otros. Pero cuando veo tremendas donaciones de empresas me pregunto, ¿Es cuidado de imagen? Es ponerse el parche antes de la herida, sabiendo que los criticaran si no lo hacen con la tremendas utilidades que mostraron los balances 2009, que son públicos.
Creo que tenemos mucho que aprender y reflexionar como sociedad, ya que no me gustó el país que me apareció en la emergencia.
Un abrazo a todos, y espero que sean pocos los que tengan que lamentar perdidas de vidas, lo material se puede recuperar, la vida NO.

jueves, febrero 04, 2010

El problema del trabajo

Estaba leyendo una pagina en Internet y me tope con un interesante especie de poema sobre el trabajo. Creo que refleja muy bien la forma como nosotros enfrentamos las situaciones cotidianas en el mundo del trabajo, especialmente acercad e la responsabilidad.
A continuación le describo el "poema":

Había que hacer un trabajo muy importante y “Cada uno” estaba seguro de que “Alguien” lo haría.
“Cualquiera” pudo haberlo hecho, pero “Ninguno” lo hizo. “Alguien” se disgustó por eso, ya que el trabajo era de “Cada uno”.
“Cada uno” pensó que “Cualquiera” podría hacerlo, pero “Ninguno” se dio cuenta que “Cada uno” lo haría.
En conclusión, “Cada uno” culpó a “Alguien” cuando “Ninguno” hizo lo que “Cualquiera” podría haber hecho.

Ahora para completar el cuadro, cambie los nombres de "Cualquiera", "Alguien", "Cada uno" y "Ninguno" por personas que trabajan con Ud. y vea como resulta el poema.

Se dará cuenta que muy a menudo aparecen las escusas con los mismos nombres.
Siempre hay formas de explicar porque no se hacen bien las cosas, cuando simplemente lo mas fácil es hacerlas bien y a la primera y sin escusas.
No escribamos mas poemas sobre por que no hicimos algo, solo hagamoslo.


lunes, enero 18, 2010

Albert Einstein

Estoy leyendo la biografía de Albert Einstein y me ha asombrado los mitos que hay acerca de su persona. Por ejemplo que era mal alumno en el colegio...no sé de donde salió eso, era brillante, ya sabía calculo diferencial a los 16 años, era tremenda mente curioso, se hacia preguntas que poca gente se hace a esa edad, y así varias cosas mas. Su perseverancia era notable, tomaba un problema y no lo soltaba hasta resolverlo.
No le fue fácil la vida, mas bien fue complicada, pero el fue mas fuerte y nunca flaqueo ante los problemas. Sus tesis doctoral fue rechazada varias veces y mas tarde aquellos mismos que lo rechazaron lo admiraron.Le costo encontrar trabajo y finalmente lo hizo en la Oficina de Patentes de Suiza como Analista Clase 3, trabajo que le consiguió un amigo.
Estoy maravillado de como la fama distorsiona la realidad, aun así no se cual es la realidad, ya que el escritor de su biografía es un observador del propio Einstein y por lo tanto lo mira con sus prejuicios e intereses, por muy nobles que ellos sean.
Les pongo a continuación el credo que generó en Berlin en el año 1932.

"Nuestra situación sobre este planeta parece muy extraña. Cada uno de nosotros aparece aquí involuntariamente y sin invitación para una corta estadía, sin saber los porqué ni los adónde. En nuestra vida diaria sólo sentimos que el hombre está aquí en aras de los demás, para aquellos que amamos y para muchos otros cuyo destino está conectado con el nuestro. A menudo me preocupa el pensamiento de que mi vida está basada a tal punto sobre el trabajo de mis congéneres humanos, que me doy cuenta de mi gran deuda hacia ellos.
Yo no creo en el libre albedrío. Las palabras de Schopenhauer: "El hombre puede hacer lo que quiere pero no puede decidir lo que quiere" me acompañan en todas las situaciones y en toda mi vida, y me reconcilian con las acciones de los demás, aún si para mí son dolorosas. Esta conciencia de la falta de libre albedrío me cuida de tomarme a mí y a mis semejantes demasiado en serio como individuos que actúan y deciden, y me cuida del perder la ecuanimidad.
Nunca codicié la opulencia y el lujo, y hasta los desprecio bastante. Mi pasión para la justicia social a menudo me ha llevado al conflicto con las personas, como también mi aversión a cualquier obligación y dependencia que no considero absolutamente necesaria. Siempre guardo gran consideración por el individuo y tengo una insuperable aversión a la violencia y su apología.
Todas estas razones han hecho de mi un apasionado pacifista y antimilitarista. Estoy en contra de cualquier nacionalismo aún cuando disfrazado de patriotismo. Los privilegios basados en la posición y en la propiedad siempre me han parecido injustos y perniciosos, como también cualquier exagerado culto a la personalidad. Soy un adherente del ideal de la democracia, aún sabiendo claramente de la debilidad de la forma democrática de gobierno. La igualdad social y la protección económica del individuo siempre me parecieron metas comunitarias más importantes del estado. Aunque soy un típico solitario en la vida diaria, mi darme cuenta que pertenezco a la comunidad invisible de los que luchan a favor de la verdad, de la belleza y de la justicia me ha preservado del sentirme aislado.
La más bella y profunda experiencia que un hombre puede tener es el sentido de lo misterioso. Es el principio subyacente de la religión además de todo intento serio en las artes o la ciencia. El que nunca ha tenido esa experiencia, a mí me parece sino muerto, por lo menos ciego.
Tener la sensación que atrás de cualquier cosa que puede ser experienciada hay algo que nuestra mente no puede aferrar y cuya belleza y sublimidad nos llegan sólo indirectamente y como un débil reflejo, esto es religiosidad. En este sentido soy religioso. A mí me es suficiente reflexionar sobre estos secretos y tratar humildemente de lograr con mi mente una mera imagen de la encumbrada estructura de todo lo que hay."
Albert Einstein
Berlin, 1932

Espero los pensamientos de este gran hombre nos ayuden a mirar nuestro futuro conjunto como país y hermanos chilenos todos.
Un abrazo
Isaquino