Encontre muy interesante estas reflexiones que a continuación describo:
1.- El momento adecuado para tratar de enseñar algo a alguien es cuando esa persona quiere aprender y eso lo decide ella y no un profesor, sus padres o su jefe. Eso quiere decir que la motivación es un factor capital para aprender pero que raramente se tiene en cuenta. Los profesores, padres o jefes creemos que los alumnos quieren aprender lo que nosotros les queremos enseñar y eso es mentira, quieren aprender lo que a ellos les interesa. Cuántas veces nos decimos "si hubiese sabido en ese momento lo que sé ahora". Somos lo que hemos aprendido y seremos lo que seamos capaces de aprender. Cuando eras niño, ¿Te interesaba aprender el catecismo o la revolución francesa? ¿Me hubiesen interesado las animitas u otra cosa entonces?
2.- El colegio, la universidad y las empresas no entienden bien está lógica y se esfuerzan en tratar de enseñar multitud de cosas que NO hacen falta, NO enseñan otras que sabemos resultarán imprescindibles y las que si lo son, generalmente no las enseñan cuando de verdad lo necesitas. Yo estudié Ingeniería y tengo 5 hijos. Aunque no pude estudiar para ser padre, reconozco que resulta mucho más fácil ser ingeniero que padre. El problema es que las empresas cometen demasiadas veces el mismo error (una demoledora estadística de Gartner Group indica que el 70% del gasto en formación no sirve para desarrollar objetivos de la organización, es decir, no sirve para nada). La pregunta principal para diseñar un currículum no es qué deben saber los alumnos sino qué deben saber HACER porque el saber es infinito. Muchas materias se estudian por si algún día te hacen falta (" no puede hacerte daño" o "el saber no ocupa lugar"). Podríamos denominarlo aprendizaje just in case (por si acaso). Cuando buscas algo en Google, no es muy importante que te arroje 1.000 entradas sino que encuentres las que son relevantes para ti. Una de nuestras principales obsesiones en los proyectos de implementación de sistemas informáticos es que la formación a los usuarios sobre dichos sistemas se ejecute lo más cerca posible del momento en que los van a utilizar y donde puedan practicar sobre el propio sistema y no aprender manuales de memoria. Obvio, ¿verdad? Pues no crean que tanto.
3.- La movilidad y la ubicuidad van a jugar un rol fundamental dado que la urgencia la determina la situación, el problema que debo resolver en este preciso instante y para el cuál no tengo solución por lo que necesito aprender. Se trata de un problema de Timing (atiempamiento). Lo crucial no es la distancia (dónde) sino el tiempo (cuándo, es decir, ahora). Ni siquiera el formato importa demasiado (puede ser que necesite desde acceder a un experto, revisar un checklist o descargar un mini video clip de demostración). Lo que debe responder una organización es ¿Cómo ayudo a mis empleados a resolver los problemas que tienen cada día cuando surgen? El director de RRHH de un gran Banco reconocía hace poco que gran cantidad de personas que comprometen su asistencia a distintos cursos ofrecidos por la organización, no asisten finalmente a los mismos a pesar de se haya desembolsado el dinero de los boletos de avión, reservas de hotel, honorarios de los formadores, materiales, etc. Lo que parece claro es que un curso de 1 semana de duración que tendrá lugar el mes que viene no es la mejor solución para el problema que tengo hoy en la oficina.
4.- En relación a la ubicuidad hay que ser consciente que aunque la tecnología no pone apenas restricciones, los dispositivos móviles son todavía relativamente limitados ya que involucran muy tímidamente los diferentes sentidos (si lo comparamos por ejemplo con una consola de videojuegos) y dejan "hacer" muy poco al usuario (por eso no creo en la TV como herramienta educativa). No perdamos de vista que la razón de ser de la tecnología es precisamente "prolongar" el alcance de mis sentidos (TV para donde no llegan mis ojos, teléfono donde no llega mi oído, coche y avión donde no llegan pies, PC donde ojala no llega mi cerebro). Posiblemente una de las grandes aportaciones de la tecnología es que para aprender ya no dependo de la oferta que existe en el lugar geográficamente cercano a donde estoy sino que puedo acceder a cualquier fuente, donde esté y a la hora que esté. Lo que empieza a ocurrir es que es el usuario el que quiere tener la libertad de escoger cuando y cómo quiere aprender y no tener que desplazarse a un sitio a aprender, sino que el aprendizaje me encuentre y venga a mí. Los medios tradicionales (la TV, el periódico o un aula) son unidireccionales, te envían contenidos sin preocuparse por cómo lo recibes tú y qué haces con ellos. Hasta hace poco, el texto y la palabra eran los predominantes hasta que el lenguaje audiovisual generó una revolución que hasta la fecha nos ha llevado al mundo de YouTube y promete seguir creciendo. Ya no hay apenas excusas para no recibir una enseñanza personalizada, aprendizaje a la carta: si hoy me visto como quiero, como lo que quiero y donde quiero, entonces necesito aprender lo que quiero (porque me interesa o porque lo necesito) por los medios que yo prefiero (vídeos, imágenes, simulaciones, juegos, textos escritos….) y de quien yo quiero (inteligencia distribuida y aprendizaje colaborativo).
5.- Decíamos anteriormente que aprender es recordar. En ese caso, la única manera de verificar si aprendiste algo no es en el momento que resuelves el problema (por ejemplo si hago caso del dispositivo inteligente que me avisa que si no reduzco la velocidad a 70km/h en la siguiente curva, tengo un 85% de posibilidades de salirme de la carretera y terminar en una silla de ruedas) sino la siguiente vez que enfrento dicha situación y soy capaz de resolverla sin necesidad de que el sistema tenga que actuar de nuevo. En pocos meses empezaré a construirme mi segunda casa ¿Habré sido capaz de aprender de lo que me ocurrió durante la construcción de la primera? Hoy día, nuestro cerebro cada vez se ve obligado a acumular y procesar más y más información (el síndrome de la acumulación donde tratas de guardar todo tipo de documentos con la esperanza de tener un rato para leerlos con calma y digerirlos pero la realidad va demasiado rápido).
6.- Es muy relevante reconocer cuando se dispara el aprendizaje: Las personas somos un conjunto de expectativas; cuando dichas expectativas se cumplen, no reparas en ello y continuas adelante pero cuando no se cumplen es cuando se abre la ventana del aprendizaje porque es justo en ese momento cuando estás dispuesto a entender por qué y por tanto a aprender. El aprendizaje surge de la confusión. Hace poco tiempo atrás tuve la ocasión de cenar en un restaurante, situado en pleno corazón de Las Condes, en abril de 2008 se ubicó en 4º lugar entre los 50 mejores restaurantes del mundo (cuenta con 2 estrellas Michelin) y su chef y está catalogado como uno de los más prometedores del panorama internacional. Al poco tiempo de comenzar a cenar, busqué por toda la mesa el salero para condimentar uno de los platos que nos sirvieron y mis expectativas fracasaron estrepitosamente. No había sal, ni pimienta, ni aceite ni vinagre, no entendía nada … Aprendí que existen restaurantes donde el chef no permite que el comensal modifique el gusto de los manjares que prepara y la próxima vez que me ocurra algo similar, no me sorprenderá puesto que sabré cómo explicármelo (o llevaré un salero en mi chaqueta). Las personas no acumulamos datos sino casos y tener casos conduce a tener expectativas sobre cómo ocurrirán las cosas. Bajo el aprendizaje siempre hay un objetivo. Si tienes un objetivo (echar sal a la comida), entonces estás interesado en aprender para alcanzarlo pero claro, deben ser tus propios objetivos y no los de otro.
7.- Algo que empieza a convertirse en una obsesión para las empresas (y con razón) es la repetición de errores. Si hay algo por lo que las empresas pagarían una fortuna, es por aquella persona que fuese capaz de predecir lo que va a ocurrir: qué producto va a funcionar, cuanto va a vender, con qué márgenes, en qué mercados, etc. La capacidad de anticipar lo que va a ocurrir, de especular sobre el futuro se basa en gran medida en la reflexión sobre el pasado y las organizaciones acumulan gran cantidad de información y de inteligencia sobre ese pasado que apenas son capaces de explotar. Poco de lo que ocurre diariamente en una compañía es totalmente novedoso, existen muchas opciones de que alguien lo haya vivido previamente. En realidad, el Aprendizaje Just in Time consiste en llevar la información adecuada a la persona correcta en el momento preciso: es decir, una definición bastante acertada de Gestión del Conocimiento.